Un conductor de carretilla elevadora que quedó en silla de ruedas tras un accidente en un parque acuático en estado de embriaguez se quitó la vida seis meses después, según se dijo en una investigación.

Barry Douglas se rompió las dos piernas después de colarse en la piscina con un amigo a las 2 de la madrugada y chocar contra la barrera de acero de un tubo de agua cerrado.

Las lesiones, que le cambiaron la vida, dejaron a Douglas, de 44 años, incapacitado para trabajar ya que no podía conducir y se vio obligado a cambiar de casa. Él y una amiga, Claire Vickers, de 46 años, aparecieron en el programa This Morning de la ITV en silla de ruedas para hablar del incidente.

A pesar de algunos signos de que su condición estaba mejorando, se suicidó en su estudio en febrero de este año, se dijo en la investigación.

El tribunal de instrucción de Winchester fue informado de que Douglas, un fanático del Rangers de Dundee, se había trasladado a Aldershot, en Hampshire, a la edad de 20 años.

En agosto de 2021 habiendo consumido una cantidad considerable de alcohol, Douglas tomó la decisión «impulsiva» con Vickers de irrumpir en Aldershot Lido.

Douglas tenía un historial de consumo de drogas recreativas, había vendido drogas y fue apuñalado en 2011, se dijo en la investigación.

En el momento de su muerte tomaba antidepresivos y bebía un litro de vodka al día. Su madre, Ruth, dijo que le preocupaba «quedar lisiado».

Christopher Wilkinson, forense principal de Hampshire, registró una conclusión de suicidio.